Los tacones hacen eco en toda la calle a cada paso. Está atardeciendo y Dafne camina con una nota en la mano. Al llegar a la esquina de la calle, se para y la mira durante unos instantes, luego decide tirar hacia la derecha hasta que a lo lejos ve un parque y acelera la marcha para llegar antes a él. Una vez allí el camino es pedregoso, sigue caminando con cuidado, los tacones y las piedras no se llevan bien. Al final del camino, escondido entre 2 arboles hay un banco. En él está Mario sentado exhalando humo. Dafne al fin llega y se sienta junto a él, y de repente no sabe si es el olor a hierba o el olor a colonia el que la pone cardiaca. Ella lo mira a los ojos, y aunque los tiene rojos de la fumada, ella lo ve guapo. Incluso más guapo que nunca. Después, los pensamientos de Dafne se desvanecen y se decide a hablar.
- Bueno que, ¿y mi bolso?
- Esta en mi casa, si te portas bien te lo doy al final de la tarde.
- ¿Como que si me porto bien? ¿Por que no me lo has traido ahora?
- ¿Por que siempre me haces preguntas? Anda levanta y vamos a dar una vuelta, si quieres podemos ir a tomar algo.
- Esta bien, la verdad es que tengo ganas de una cerveza.
- No deberias beber alcohol mujer.. que luego te pasa lo que te pasa.
- Que graciosillo. ¿Me lo vas a echar en cara todas las veces que nos veamos?
- Con que todas las veces.. eso significa que nos vamos a ver más ¿no?
- Era un decir... alomejor no me caes bien hoy y me voy a mi casa odiandote.
- Alomejor no y te vas echandome de menos.
- Otra vez con las gracias.. ¿Eres una especie de payaso o algo asi?
- Solo para hacerte reir.
Dafne no puede evitar sonreir, aunque le hubiera gustado contestarle con una respuesta borde y no dejarse ganar, pero al final se rindió a sus encantos.
Mientras hablan caminan hacia cualquier bar, sin buscar ninguno en especial, pues ahora lo de menos para ellos es el sitio, solo piensan en la compañia.
Mario saca todos sus encantos cuando esta con ella, lo hace queriendo, piensa que tiene el polvo a dos tardes. Dafne cuando lo mira solo siente deseo, ella quiere el polvo esa misma tarde, pero como mujer debe hacerse respetar un poco, y ademas dicen que lo bueno se hace esperar.
Conversan en el bar durante un rato, de sus vidas, de lo que les gusta hacer, de música, y de lo típico que hablas con un desconocido al que te gustaría conocer. Después se dirigen a casa de Mario a por el bolso. Él la hace subir y le pregunta si quiere cenar algo y tomarse con él una última cerveza. Ella, que sabe por donde van los tiros le contesta:
- No deberia beber alcohol.. que luego me pasa lo que me pasa.
Despues se acerca a él, le da un beso en la mejilla y se va. En el fondo, Mario sonrie para sus adentros sabe que si no ha pasado hoy, otro dia pasará, y sino tiempo al tiempo...
Despues de bajar las escaleras, Dafne llega al portal y al abrir oye la voz de Mario a travéz del portero:
- Mira los mensajes de tu movil en borradores que te he dejado una sorpresa.
Dafne abre la carpeta borradores y encuentra un mensaje, en él pone:
La primera vez te me escapaste sin saber nada de ti, pero por casualidad me dejaste tu bolso y pude encontrarte. Ahora ya te lo he devuelto, pero no se que te hacia pensar que te iba a dejar escapar una segunda vez sin darte siquiera mi número de movil. Las cosas pasan por casualidad una vez, si ocurre más veces es cosa del destino, y el destino me ha dicho que me vas a llamar porque quieres que esta tarde se vuelva a repetir. Pero no te preocupes que no eres la única, yo tambien quiero que se repita.
Dafne vuelve a sonreir, ya ha perdido la cuenta de las veces que ha sonreido en toda la tarde estando junto a él. Y anda hacia su casa pensando que hubiera dado todo por tomarse la última cerveza con él, y por cenar, ya que su cuerpo cerca del de Mario sólo le pedia postre...
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