Viernes noche también. Mario sale de su casa subiéndose la cremallera de los vaqueros. Su amigo Carlos lo espera abajo con un litro de cerveza en la mano.
Se sientan en un banco y conversan sobre música, juegos de la play y fútbol mientras se beben el litro. Despúes ponen rumbo hacia el centro y después de unas cuantas vueltas por el centro deciden meterse en algún sitio para seguir bebiendo. El ambiente está bastante bien. Allí, de casualidad se encuentran con más colegas y se echan unas risas entre todos. De vez en cuando miran a su alrededor en busca de alguna chica que les alegre la vista, y que les alegre la noche. Ninguna parece estar por la labor de acercarse a ellos.
Al cabo de un rato Carlos ve a una chica que le llama mucho la atención y decide acercarse para hablar con ella y bailar un rato, aunque en realidad sus pensamientos no quedan solo ahí.
- Preciosa, te veo aqui muy aburrida, ¿te apetece bailar?
- Quiza si, pero no contigo.
- Venga mujer si no te cuesta nada.
- Que no, joder ¬¬
- ¿Te ha dicho alguien que tienes una cara preciosa?
- ¿Y a ti te ha dicho alguien lo pesado que eres?
- Vamos a bailar de verdad, que bailo muy bien tia.
- Enhorabuena, cuando me entere de algún casting de FAMA te avisaré.
- ¿Qué puedo hacer para convencerte? Te haré una demostración.
- ...
- ¿Qué te ha parecido?
- Que bailas peor que la Belén Esteban en el MIRA QUIEN BAILA. Por dios déjame ya.
- ¿Y te quedaras aqui sola?
- Mejor sola que mal acompañada.
- Mi compaía es genial, puede ser que no baile bien pero hago otras cosas bien...
Mario, que se dió cuenta del percal. Se acercó a su amigo y se lo llevó, cogiéndolo del hombro. La chica del vestido azul le sonrió agradecida. Mario le devolvió la sonrisa, a pesar de pensar que era una estrecha por dar esas contestaciones a su amigo Carlos.
Al cabo de un rato Carlos le dijo a Mario que iba a acercarse un momento al cajero a sacar dinero, porque se le había acabado y quería seguir bebiendo un poco más. Mario se quedó allí y fue al cuarto de baño a "echar un meo", pero el cuarto de baño de los chicos estaba completamente lleno, y había cola. Y si hay algo que Mario no soportaba era esperar y menos en una situación así. Era bastante impaciente, siempre lo había sido. Asi que decidió meterse en el de chicas. Y por suerte o por desgracia, todo empezó ahí.
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