
No soy una ninfómana. El problema es que, vosotros veis como algo anormal tener tanto apetito sexual como yo puedo llegar a tener. Pero todo es relativo. Alomejor sois vosotros los raros. Los reprimidos. No veo nada de malo en darse o dar placer (o que te lo den, claro). Y en decirlo. No me avergüenza. Hay cosas peores de las que avergonzarse y no lo hacemos. Me llamáis así por miedo. Porque vosotros sois más flojos y débiles. Me conoceis de tal forma, que sabéis que no aguantaríais mi ritmo a la hora de la verdad. No daríais la talla en la cama conmigo.
Entonces, quien tiene el problema en el sexo; yo o vosotros?
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